Era un niño con muchos complejos por no estar en forma y no tener todo lo que los demás tenían. Quería ligar, ser popular y gustar a la gente. Pero la realidad era muy distinta: estaba varios kilos por encima de lo que debía. Con 10-12 años pesaba 75 kg, tenía bastante grasa y no me sentía bien conmigo mismo.
En mi paso al instituto, mi vida cambió. Empecé a jugar a balonmano, a hacer dietas restrictivas que leía por internet, y salía a correr embadurnado en papel film y sudadera a las 14:00, con 35 ºC, pensando que estaba haciendo lo correcto. De todo se aprende.
Tras varios años donde el deporte y el estudio eran mis únicas preocupaciones, mi estado físico comenzó a mejorar, aunque no hacía las cosas muy bien. La adolescencia es dura, y en un pueblo más: mucho alcohol, mucha fiesta y mucho desfase. Aun así, mi forma de ser me hacía entrenar muy duro, esforzarme más que nadie y lograr resultados.
- Jugué con la selección aragonesa de balonmano.
- Ganamos campeonatos con el equipo.
- Aprobaba todo en el instituto.

Además, ya hacía mis primeras flexiones y entrenamientos de pesas en casa. Cuando pasé a categorías juveniles y senior, los entrenadores del equipo me pidieron que fuese al gimnasio para ganar fuerza y músculo. Esto marcó un antes y un después.
Mi vida seguía siendo la misma: entrenos de balonmano, gimnasio y estudios. Nunca dejé de entrenar por estudiar; siempre me organizaba para llegar a todo. Si hacía falta, estudiaba en el autobús o por las noches.
Comencé Magisterio de Primaria y, tras empezar en senior, una lesión en el ligamento cruzado hizo que me replantease seguir jugando a balonmano. Ya no me llamaba tanto. Seguía creyendo que lo que más me iba a hacer ligar era estar fuerte, ser el más fuerte.
Al poco tiempo, dejé de jugar a balonmano y continué más seriamente con el gimnasio, pero seguía en mis trece con la fiesta. Los fines de semana me descontrolaba, aborrecía las dietas y me pasaba todo por alto.
Tras la pandemia, con un buen progreso físico, mucha más consciencia y control (creo que por madurar un poco), fui alejando la fiesta y decidí contratar a mi primer preparador en 2020. No creía que fuese a mejorar tanto en tan poco tiempo, pero seguir pautas profesionales y hacer todo al 100 % marca la diferencia.
Ese mismo año, motivado por mi cambio físico e interesado en la nutrición y el entrenamiento, comencé a ayudar a mis amigos en su cambio físico, dando mis primeros pasos como preparador y entrenador.
En 2022, acabando la carrera y un grado superior en acondicionamiento físico, planteamos competir en culturismo natural. Sin embargo, el estrés me jugó una mala pasada y me lesioné el cuello debido a la carga en las cervicales. Aproveché para operarme de ginecomastia, que arrastraba desde mi adolescencia.
Parecía que todo estaba perdido, pero mi esfuerzo, disciplina y las pautas del preparador hicieron que en octubre:
- Acabara 3.º de España en la federación AECN.
- 6.º de España en la federación WNBF (todo como junior).
Dejé el culturismo durante 3 meses porque estaba harto de seguir una dieta restrictiva y mi cabeza no podía más. Ese descanso me hizo coger más fuerza y volver con energía renovada.
Contraté a mi segundo preparador y, con su ayuda, la de una psicóloga y mi capacidad de aprendizaje y lucha, comencé a superar barreras, mejorando mi físico y mi mente.
Ese mismo año inicié mi segunda carrera (CAFYD), seguí formándome por mi cuenta y trabajando en mi cabeza para controlar mis pensamientos y ser mejor persona.
En 2024 comenzamos una nueva preparación, sinceramente, increíble. Muy centrado en mí, sabiendo qué pasos seguir y cómo afrontar cada etapa. Logré:
- Ganar mi primer regional, el Open Nacional de Tarragona de la WNBF.
- Ser 3.º de España en la categoría heavyweight.
Clasifiqué para el mundial en EE. UU., pero decidí parar. Una retirada a tiempo muchas veces es una victoria, y cuando tu cuerpo y tu mente no van al unísono, es importante escucharte, valorar y decidir.
En la actualidad, he dejado la carrera porque no me aportaba nada que no supiese ya. Para perder el tiempo ya habrá otro momento. Ahora estoy estudiando un máster de fisiología y anatomía aplicadas al entrenamiento, porque quiero seguir aprendiendo y mejorando en mi trabajo para ser un mejor profesional.
Además, el proyecto que comencé en 2020, asesorando a mis amigos, está tomando forma. Ya son más de 100 personas a las que he ayudado en este tiempo, algo por lo que estoy muy agradecido.
Con esta extensa, pero no completa, biografía de mi vida con el entrenamiento, la nutrición y los estudios, quiero acercarme a ti, que me estás leyendo.
Quiero decirte que, si yo pude, puedo y podré, tú también puedes.
Pablo Lebrero
No hay nadie mejor o peor. Todo está en tus valores, tus esfuerzos y en dónde pongas toda tu energía.